Dios se viste a la moda

Este espacio nace de una película, sí de una película. Desde muy joven Paula, su creadora, tuvo un gusto especial por verse bien y por ayudar a otros a hacerlo. Quizás fue por la influencia de su papá, quién trabajo muchos años en una de las compañías que más influyó la moda en Colombia durante la década de los 80 y 90. Él, siempre moderno e impecable, sembró en su familia el interés de vestirse bien. Siempre asesorada por su mamá, Paula tenía pintas muy versátiles. La marca donde trabajaba su papá la vestía a ella y a su hermana y, por otra parte, las abuelitas le daban toques románticos a sus atuendos, cociendo para ellas vestidos bordados, faldas con paisajes entre otros delicados y finos detalles.

Un día del año 2003 se estrenó en el mundo la famosa película “El diablo se viste a la moda”, Paula se enamoró del filme, el cual se convirtió en su favorito, ya que abordaba el mundo de la moda y el impacto que una imagen poderosa puede producir. Luego de verla una y otra vez, Paula meditó en las muchas enseñanzas que la Biblia había sembrado en ella y pensó: “Realmente el que siempre se viste a la moda es Dios”, y así nació Dios se viste a la moda.

Paula asoció todo su amor por la moda y la asesoría de imagen al interés que Dios tiene por que nos veamos muy bien. Fue allí donde hubo un gran click. La Biblia habla de moda todo el tiempo, Dios y Jesús han sido los más grandes asesores de imagen en la historia, ellos cuidan cada detalle cuando quieren intervenir en la vida de cualquier persona; desde la ropa y los zapatos hasta los accesorios. Por esa razón surge este espacio a través del cual exponemos principios establecidos por Dios, que ayudan, a todo el que los pone en práctica, a renovarse por dentro y a subir el nivel de la imagen que proyecta por fuera. Además, agregamos valor a nuestros seguidores y clientes proporcionándoles tips de imagen, estilo y marca personal que les ayudan a cumplir sus sueños y metas.

El propósito de Dios se viste a la moda es sembrar en las personas un amor y una preocupación sana por versen bien, por cuidar y proyectar la imagen que Dios tiene de ellos. Esto los llevará a alcanzar sus objetivos y a comprender que si no entendemos y creemos en el poder de la imagen que Dios tiene de nosotros, no será fácil proyectar una imagen de impacto por fuera.